27.6.11

Le asustan los ruidos y también la tranquilidad. Le gustan los mimos pero respira en soledad. Se hace la fuerte ahí, donde no la ven y se esconde siempre que hay maldad. Ella vive conversando con su piedad. no tener que soñar Se queda en vilo, para y ahuyenta sus ganas y luego se las pone a buscar. Solo una vez pudo reírse de su contradicción y logró burlarse del sentido común, y de las cosas que no saben morir, pero de pronto todo es ilusión. Se abraza, se cuida y se estrella como un avión sin razón.

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